
Página 12
LA OTRA REALIDAD DE CROMAGNON Por Mariana Carbajal
(NOTA DE ONG CER) Los titulos a los parrafos son agregados
por la edicion de ONGCER para que no se haga tan largo de leer o se pueda
elegir los titulos que le interese)
EL DRAMA QUE VIVEN LOS SOBREVIVIENTES DE LA TRAGEDIA DEL BOLICHE DE
ONCE
Para
muchos, la pesadilla aún no terminó La mayoría tiene dificultades para
encontrar trabajo. Padecen crisis depresivas y miedos a estar en lugares
cerrados. Muchos todavía duermen con la luz prendida. Sólo en la ciudad
recibieron atención psicológica 1800, entre sobrevivientes y familiares, pero no hay un registro de su situación actual.
Renovarán los subsidios por un año.
Informe del Alvarez
“Hasta
hoy seguimos recibiendo damnificados que nunca se habían atendido o que
tuvieron recaídas”, dice un médico del Hospital Alvarez.
Depresión
profunda, dificultades para conseguir trabajo y para retomar los proyectos
que tenían, abuso de alcohol y un terrible miedo a viajar en subte o
permanecer en lugares cerrados con gran cantidad de gente son algunas de las
secuelas más visibles que todavía sufren los sobrevivientes de la tragedia de
Cromañón, a dos años del incendio en la disco. Varios de
ellos han protagonizado intentos de suicidio: hay quienes ya comparan su
situación con el drama que aún enfrentan los ex combatientes de Malvinas.
La historia de Sebastian
Sebastián
prefiere no dar su apellido. No quiere que se sepa que él estuvo en
Cromañón. Es de González Catán y ayer cumplió 24 años. Las
entradas para ir al recital de Callejeros aquel 30 de diciembre de 2004
fueron regalo de cumpleaños de su hermano. Con él y su esposa, una
pareja amiga y su propia novia fueron ese jueves a la noche al boliche de
Omar Chabán. Los seis pudieron salir bastante rápido de lo que fue ese
infierno. “No tuvimos heridas ni lesiones”, dice Sebastián. No sufrió
quemaduras ni intoxicación. Las marcas le quedaron adentro.
–Hablar
del tema es revolver todo. Fue una noche nomás, pero me cambió la vida por
completo –empieza a contar.
Casi
dos meses después del
incendio, el 28 de febrero de 2005, cuando fue a su primera sesión con un
psicólogo (en el Hospital Ramos Mejía), le llegó el telegrama de despido a su
domicilio. Y desde entonces, dice, no pudo conseguir otro empleo. “Ese día
pedí salir una hora antes para ir al psicólogo. Y me echaron. Hacía 3
años y 8 meses que trabajaba ahí”, cuenta. “Ahora no paso ningún
examen psicotécnico. Antes (de Cromañón) eso no me pasaba. Una vez, en un trabajo me dijeron
que vuelva cuando termine el tratamiento.”
Actualmente,
Sebastián se atiende con un psicólogo del
Hospital Interzonal de González Catán. Y una vez por mes va a un psiquiatra
en un centro de salud de San Justo,
para control. No es sólo el problema del
trabajo, dice.
El
recuerdo de aquella noche lo atormenta. “Te afecta mucho psicológicamente.
Decís: ‘Quiero salir adelante’, pero por más buena voluntad que tengas, no
podés”, comenta. Hasta hace poco tenía que dormir con la luz prendida. Un día
se cortó la electricidad en su casa y rompió a patadas la puerta del cuarto para
escapar, en un brote de nervios que su papá logró calmar.
Info del Alvear: Depresión
En
dos años, en los hospitales públicos porteños recibieron
tratamiento psiquiátrico y psicológico unas 1800 personas, entre damnificados
y familiares de víctimas fatales, según informó a Página/12 Daniel Mosca,
jefe del servicio de Estrés Postraumático del Hospital Alvear y coordinador
de los “dispositivos Cromañón”, como se llamó a los equipos
específicos de salud mental que se organizaron en el sistema de salud de la Ciudad. Sin embargo,
se desconoce cuántos de los sobrevivientes todavía están bajo tratamiento.
Cifras del Alvear
“Cromañón
tiene uno de los porcentajes más altos de atención: después de un desastre
las cifras internacionales señalan que el porcentaje de atención es de
entre el 10 y el 15 por ciento de los afectados. Si contamos que hubo unas
4000 personas en Cromañón y tomamos en cuenta tres personas por cada
uno de ellos como allegados, nos da un total de 12.000 damnificados”, evaluó
Mosca, y sostiene que a los 1800 que asistieron a terapias en efectores
públicos de la Ciudad, hay que sumar los que recurrieron a servicios de obras
sociales, prepagas y de la provincia. “Se llegó a ese número porque hubo una
convocatoria activa”, afirma. Sólo en el Hospital Alvear, en 2005, el área de
salud mental atendió a unos 600 damnificados y en 2006, alrededor de
doscientos. “En estos dos años, el 80 por ciento recibió el alta
médica”, aseguró Mosca.
Ong CER Denuncia
Para la
asociación civil Cambiar esta Realidad, que integran sobrevivientes y sus
familiares, la estructura montada para la atención psicológica y psiquiátrica
no ha sido buena. “Creamos esta entidad para reclamar justicia, pero nos
encontramos con que tenemos que luchar para sacar a los sobrevivientes de la depresión. Hay
varios que han tenido intentos de suicidio. No se da a conocer porque tenemos
miedo que pueda haber una ola si se suicida uno”, comentó a Página/12 Carlos
Canavese, padre de un sobreviviente. “En marzo no le renovaron los contratos
a psicólogos del
Ramos Mejía y del Alvarez y muchos chicos dejaron las terapias porque les
cambiaron el terapeuta. En algunos casos, tenían sesiones de 10 o de 20
minutos”, denunció Ernesto Lemos, de la misma asociación civil, y padre de
Federico, otro sobreviviente.
El informe de la diputada Estenssoro
También
la legisladora del
ARI María Eugenia Estenssoro tiene una visión crítica de las medidas
implementadas desde el Estado para brindar atención en salud mental. Estenssoro acaba de finalizar un
informe donde evalúa las políticas públicas que se pusieron en marcha luego
de la tragedia de la disco. “La atención psicológica ha
sido deficitaria, más allá del
empeño de médicos, psicólogos y terapeutas. Es sobre el área que más denuncias hemos recibido. Muchos
jóvenes han abandonado los tratamientos, se han observado numerosas recaídas
entre los que habían sido dados de alta y hubo un aumento de los intentos de suicidio de muchos
sobrevivientes. Esta situación ahora se ve agudizada por el normal
recrudecimiento de los trastornos en las fechas cercanas a los aniversarios
de la tragedia”, apuntó Estenssoro. En el mismo gobierno porteño
reconocen off the record que “hace falta reforzar más el área de salud
mental”.
Un Paramo en el infierno cromagnon
Familiares
de sobrevivientes destacan la atención en salud mental brindada en el
Hospital Alvarez y en algunas ONG como
el Equipo Argentino de Trabajo e Investigación Psicosocial (Eatip).
Medicos que trabajan en serio
El
psiquiatra Roberto Sivak está a
cargo del
servicio de Estrés Postraumático del Alvarez y coordina un equipo de 12
profesionales que trabajan ahí ad honórem en la atención de sobrevivientes de
Cromañón y familiares de víctimas fatales. Desde el momento de la
tragedia hasta la fecha han recibido unos 170 pacientes, entre chicos,
adolescentes y adultos. Actualmente atienden a entre 50 y 60 personas.
El informe del Doctor Sivak: Cromagnon y Malvinas
“Hasta el día de hoy seguimos recibiendo
damnificados que nunca se habían atendido o que tuvieron recaídas”, señaló Sivak en diálogo con Página/12. “La situación que
están viviendo muchos sobrevivientes es parecida a la de los soldados de
Malvinas. En ambos casos el Estado estuvo de por medio, los damnificados principalmente
son jóvenes que les cuesta rehabilitarse o volver a trabajar, que no ven
legitimado lo que les pasó o no se ven valorizados y muchas veces hasta son
culpabilizados por haber estado ahí esa noche. Y tanto los ex combatientes como los damnificados
por Cromañón tienen un fuerte reclamo de justicia”, analizó Sivak.
Entre
los cuadros más frecuentes que observa en los sobrevivientes figura la
depresión profunda que ya se convirtió en crónica. “Uno de los aspectos que
más los afecta es el hecho de no poder conseguir trabajo. En este punto se
cruza la situación estructural de empleo del país, donde a todos los jóvenes
les cuesta insertarse laboralmente, y el hecho de que son discriminados: hay un prejuicio en torno de las
secuelas que les pueden haber quedado por Cromañón, que
se suma a que periódicamente tienen que ir al médico para atenderse lesiones
físicas o psicológicas”, sostuvo Sivak. A su criterio, desde el gobierno
porteño se brindó una buena atención en salud mental en la emergencia
pero “no hubo
planificación para el seguimiento” de los casos.
Sin datos
“Hoy
es imposible saber a ciencia cierta si los damnificados están mejorando o
empeorando porque no ha habido un seguimiento de sus historias clínicas en
una base de datos unificada”, señala Estenssoro en diálogo con este
diario. Para la diputada del ARI, se corre el riesgo de que los
sobrevivientes vivan “un drama similar al que enfrenta hasta el día de hoy
los ex combatientes de la Guerra de Malvinas, quienes no fueron acompañados
en su sufrimiento, como
hubiera correspondido, por el Estado ni por la sociedad en su conjunto”.
El trabajo del Ietba: Informe de la Psicologa Angela Ponce
La
psicóloga Angela Ponce trabaja con Sivak en el Instituto Estrés Trauma Buenos Aires
(Ietba), una asociación civil que brinda atención a sobrevivientes. A cuatro
de ellos, de entre 20 y 21 años, todos de Quilmes, los atienden a domicilio.
“Quedaron con miedo a viajar solos y se sienten mal cuando se suben a un
colectivo o a un subte. Después de Cromañón tampoco van a bailar ni a
boliches”, detalló Ponce.
Para la especialista “sería mejor que en
lugar de darles subsidios, los ayuden a insertarse laboralmente” (ver
aparte).
EL trabajo de EATIP: Informe de la psicologa Diana Kordon
En
el Eatip, otra de las ONG que ofreció asistencia terapeútica, se atienden una
treintena de sobrevivientes y familiares de víctimas de Cromañón. “El
primer año (después del
incendio) los motivos de consulta tenían que ver con el síndrome de estrés
postraumático que se refleja en pesadillas, ataques de pánico, dificultad
para dormir y para salir muy graves. En el segundo año los cuadros son
distintos: situaciones de profunda depresión y dificultades para retomar los
proyectos y la vida anterior a la tragedia”, señaló Diana Kordon, psicóloga de la institución que,
durante la última dictadura militar y hasta la década del ’90, dio tratamiento a víctimas de la
represión ilegal. Para Kordon, hay una diferencia entre la situación de los
soldados de Malvinas y la de los jóvenes de Cromañón y es que estos
últimos han podido tener una respuesta terapeútica inmediata y han estado
menos desperdigados que los ex combatientes.
El Dr. Sivak explica la Pseudo salida
Sivak,
psiquiatra del Alvarez, suma otro cuadro que observa entre sus pacientes:
“Vemos que algunos se han volcado al abuso de sustancias como
el alcohol y la marihuana, como también
ocurrió entre los ex combatientes de Malvinas: es como una pseudo salida a la salud. Tanto el
alcohol como
la marihuana son sustancias que pueden disminuir la ansiedad y mejorar el
estado anímico. Algunos confían más en estas sustancias que en los
tratamientos psquiátricos”.
Cifras desde la Subsecretaria
2 + 2 : 5
Según
datos de la Subsecretaría de Derechos Humanos, el subsidio que entrega el
gobierno porteño alcanza a 1681 sobrevivientes y 213 familiares de
víctimas fatales. A los primeros les corresponden 600 pesos por mes, a los
segundos, 1200 (en los casos de padres separados, el monto se divide en dos).
En total, se pagan 1.243.000 pesos mensuales. Los subsidios vencen el 31 de
diciembre, pero ya está en elaboración el decreto que los renovará por otro
año, según pudo saber este diario. Este era un reclamo de las
organizaciones de familiares de víctimas y de sobrevivientes.
El abaco de ONGCER :
si se suma y se divide los datos que da la subsecretaria,
la cifra final es mucho mas que los $1.243.000 , pero por un lado sabemos hay
sobrevivientes que cobraron $250 y $ 450 , por el otro lado los padres o
esposos de "victimas fatales oficiales" son 194 y no 213, salvo se
haya incluido los "subsidios divididos"(padres separados) es decir que
de las 194 victimas, 19 familias cobran subsidio repartido.
Aun asi lo numeros no cierran, si sazonamos estos datos con
informaciones que nos dicen que, no todos los sobrevivientes subsidiados
cobran $600 y que no todos los familiares de las 194 victimas cobran
subsidios, llegaremos a la conclusion que 2+2 son 5, o que, hay algunos
que cobran mas que $1200, o que en esas cifras se incluyeron algun
"gastito extra"
Seria bueno que se aclaren estas cifras con numeros exactos
y mas especificos para despejar dudas.